Llueve, oh la lluvia sobre el campo
verde, ¡ que paz !.El agua se abre
y la hierba de noviembre
es de pálidos diamantes.
Se apaga el sol; de la choza
de la huerta se ve el valle
más verde, más oloroso,
más idílico que antes.
Llueve, los álamos blancos
se ennegrecen; los pinares
se alejan, todo esta gris
melancólico y fragante.
Y en el ocaso doliente
surgen vagas claridades
malvas, rosas amarillas
de sedas y de cristales.
Llueve, oh la lluvia sobre el campo
verde, ¡ que paz !. En el aire
vienen aromas mojados
de violetas otoñales.
Juan Ramón Jiménez
verde, ¡ que paz !.El agua se abre
y la hierba de noviembre
es de pálidos diamantes.
Se apaga el sol; de la choza
de la huerta se ve el valle
más verde, más oloroso,
más idílico que antes.
Llueve, los álamos blancos
se ennegrecen; los pinares
se alejan, todo esta gris
melancólico y fragante.
Y en el ocaso doliente
surgen vagas claridades
malvas, rosas amarillas
de sedas y de cristales.
Llueve, oh la lluvia sobre el campo
verde, ¡ que paz !. En el aire
vienen aromas mojados
de violetas otoñales.
Juan Ramón Jiménez