Era una noche clara
y la luna sin prisa
dibujaba un manantial
con la suave brisa.
Entre árboles curiosos
una fuente misteriosa
con aguas cristalinas
esperaba el alba jubilosa.
La noche le pinta
destellos grises, azulados
tenues y otros coloreados
al manantial encantado.
En el cielo alegre titila
una fugaz estrella que oía
los acordes sutiles
de su dulce melodía.
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y la luna sin prisa
dibujaba un manantial
con la suave brisa.
Entre árboles curiosos
una fuente misteriosa
con aguas cristalinas
esperaba el alba jubilosa.
La noche le pinta
destellos grises, azulados
tenues y otros coloreados
al manantial encantado.
En el cielo alegre titila
una fugaz estrella que oía
los acordes sutiles
de su dulce melodía.
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